Por: Marisol Aguilar Pineda
“El pasado 7 de septiembre, unos hombres armados agredieron a dos mujeres indígenas de la localidad de San Juan Copala, en el estado de Oaxaca, en el sur de México. A una de ellas la violaron, y a la otra le dispararon. Tras denunciar la agresión a las autoridades, tanto ellas como sus familias corren peligro de represalias”.Este es sólo un mínimo ejemplo de lo que ocurre en México, la agresión a las mujeres, la poca importancia que se le da a los pueblos indígenas, la impunidad, el peligro que corren los periodistas en una de las ciudades más peligrosas del mundo para desarrollarse adecuadamente, la enorme cantidad de migrantes mexicanos y el racismo existente hacia ellos, y tantas amenazas para callar lo evidente, son simples menciones de la terrible situación en México.
Sin embargo, Amnistía Internacional, es una Organización No Gubernamental, interesada a favor de los derechos humanos, en donde por medio de sus “Activistas”, personas integrantes de AI, realizan movimientos a favor de la no violencia y en defensa de las personas menos beneficiados, a través de marchas, mítines, vigilia, cartas, cadenas por internet y toda clase de manifestaciones creativas que permitan comunicarle de forma segura y firme su ideología a grupos políticos, empresas, organizaciones, entre otros, pero siempre teniendo muy presente que la violencia no lleva a nada.
A través de estos llamados a la acción, Amnistía Internacional ha contribuido a salvar miles de vidas deteniendo la tortura, impidiendo ejecuciones por pena de muerte, y protegiendo a defensores y defensoras de los derechos humanos.
AI, lleva poco más de 36 años en México, realizando campañas en relación a temas que atañen a todos los mexicanos, además de dar prioridad a ciertos países como Colombia, Estados Unidos, así como en Medio Oriente, Centroamérica y el Caribe, sin importar que muchos de sus activistas se han encontrado y se encuentran en peligro por defender los derechos humanos.
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