Por: Carmona Hernández Angeles Itzel
Es domingo, 12 de la tarde, día tranquilo y familiar, y que mejor que pasarlo en el Estadio CU viendo a los pumas jugar, ganen o pierdan, el amor que se le tiene a la camisa es incondicional.
Apenas llegas y ya se siente el ambiente muy fresco, todos en armonía, y claro antes de entrar al estadio, no pueden faltar los tacos de canasta, y una vuelta para alrededor para comprar la bandera o simplemente una playera o algún recuerdo, para no olvidar de que fuimos al estadio.
Al parecer de esta temporada es el último partido en casa, ya que si pasan a la liguilla con mayor razón para venir a verlos.
Ya entrando al estadio se siente toda una emoción indescriptible, ya que estando ahí, ya no importan las diferencias sociales, ahí todos somos iguales y se convive muy bien. Cantando todos a coro todas las porras del equipo para que sepan que los apoyamos.
Saliendo del partido, vamos a cantar las porras al puente, y con mucho más orgullo ya que ganamos al ángel de la independencia ubicado en paseo de la reforma. De igual salimos a comprar más cosas o solo a cantar, con gran orgullo el azul y el oro que llevamos en la playera.
Después de un rato, nos encaminamos hacia nuestras casas, y ya sea tomando el camión o el metro seguimos cantando las porras, hasta que nos vamos haciendo menos. Así es como se vive un gran domingo en CU.
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